50 años del Hipodromo de Monterrico
Los ingleses introdujeron la afición por las carreras de caballos desde la década de 1860. La primera de la que hay registro se realizó el 29 de febrero de 1864 en el Callao, en la cancha de Bellavista. La carrera estuvo bien concurrida y estuvo presidida por el prefecto del Callao. También sabemos que existía un club hípico y los caballos eran peruanos o chilenos cruzados con sementales ingleses. En 1869 se abandona Bellavista y, con el objeto de acercar el deporte a la capital, se inaugura un “hipódromo” en la Pampa del Pino, o sea, en una extensión plana, entre las faldas del cerro de El Agustino y los terrenos de la urbanización Manzanilla. A partir de la década de 1870 se construyó un nuevo “hipódromo”, a mitad de camino entre Lima y el Callao, cerca de la estación del ferrocarril trasandino, donde era más fácil que el público pudiera asistir, cerca de la actual Plaza Dos de Mayo. Se trataba de un terreno donado por los herederos de Henry Meiggs; por ello, era llamada la Cancha Meiggs (estaba ubicada a la altura del fundo de Mirones); Su inauguración fue el 15 de agosto de 1877. Las carreras de gala se celebraban los 29 y 30 de julio con motivo de la fiesta de la Independencia. Lamentablemente, la guerra con Chile truncó, por el momento, la actividad hípica.
Si bien la afición por la hípica había crecido a lo largo del último tercio del siglo XIX, Lima no contaba con un recinto lo suficientemente moderno, como otras capitales latinoamericanas, para albergar a todos los entusiastas por las carreras de caballos. Por ello, El jueves 11 de junio de 1903 se inauguró, gracias al esfuerzo del Jockey Club de Lima, el nuevo hipódromo de Santa Beatriz, ubicado en el actual Campo de Marte. El hipódromo fue, durante muchos años, una de las construcciones más hermosas y modernas que pudo exhibir la capital. Su elegante arquitectura, una curiosa mezcla de estilos afrancesados y arabescos, y su perfecta ubicación, en un inmenso campo verde, ofrecieron el marco adecuado para que los altos círculos limeños lo tomaran como uno de sus lugares favoritos de reunión. Memorables fiestas y eventos se celebraron en sus instalaciones. Una de las más recordadas fue la carrera de gala con motivo de la visita del general argentino Roque Sáenz Peña, futuro presidente de su país, en 1905. Los domingos y feriados sus tribunas de madera se abarrotaban de público por lo que fue necesario luego abrir la avenida Guzmán Blanco para facilitar el acceso desde el elegante Paseo Colón y la novísima Plaza Bolognesi.
Pero el crecimiento urbano de Lima, a partir de los años 30, hizo que el gobierno de Benavides le pidiera al Jockey Club el terreno de Santa Beatriz y le adjudicara otro, en el nuevo distrito de Jesús María, hasta el vencimiento del plazo de la enfiteusis que había sido de 99 años. Así, el 4 de diciembre de 1938 se inauguró, son todo el brillo social y deportivo, el nuevo hipódromo de San Felipe, al costado de la avenida Salaverry. Lamentablemente, su capacidad no ofrecía las seguridades del caso. El 30 de noviembre de 1952, por ejemplo, un grupo de aficionados invadió la pista y evitó, lanzando piedras, la realización de la sétima carrera. De cualquier forma, desde 1951, la dirigencia del Jockey Club ya consideraba la construcción de un recinto que sea de su propiedad. Las ganancias obtenidas por la "polla" les permitieron a los socios adquirir, en 1955 110 hectáreas de terrenos en el distrito de Santiago de Surco donde actualmente se encuentra el Hipódromo de Monterrico. Inmediatamente se empezó con la construcción, que se culminó en 1960, año en que se llevó a cabo la última carrera en San Felipe. Fue 18 de diciembre de 1960 que se iniciaron las actividades en el hipódromo de Monterrico, el más moderno de Sudamérica en su tiempo.